Entradas

Mostrando las entradas de octubre, 2012

El Amor de Dios

Es hora de hablar de Dios. Estuve mucho tiempo, quizá meses, sin dirigirme a Dios, pero tuve la necesidad hacer dos días. Era una noche solitaria, algo fría, y sentía que era hora de agradecer a Dios por todas las cosas buenas que ha hecho por mi vida. Sobre todo por su apoyo incondicional. Y al terminar con la oración le prometí escribir algo sobre Él. Y esa es la razón de este Artículo. Quién o qué es mi Dios? Sería bueno empezar explicando aquella pregunta. Nací en un país donde el 99% de las personas son cristianas, específicamente católicas. Mi familia también es católica y tuve una educación católica. Aunque no me gusto mucho ir a la iglesia, tenía siempre en mente la figura de Dios y los castigos que uno fuera a recibir cuando uno fuera a pecar. Me di por ateo cuando tenía 15 años quizá simplemente porque no quería pensar en Dios, no quería normas, quería hacer lo que quería, todo me parecía ilógico y observar todas las cosas malas en el mundo me llevaron a la conclusión de

Análisis del Fenómeno Facebook/Internet (desde un punto de vista personal)

Este tema lo tengo que tratar partiendo del hecho que me afecta. Soy uno de los afectados y he querido comprender porqué he caído en esa trampa. Empezaré con el raciocinio más común. "Yo soy un vicioso de facebook, o me paso varias horas en facebook... soy un vicioso del internet o me paso varias horas en el internet... y aunque puedo pasar varios días y semanas sin internet tengo la sensación que la próxima vez cuando vuelva a entrar al internet me esperará algo sorprendete". Esto es algo que he vivido y aún vivo de vez en cuando, y le pasa a muchas personas. Lo peor es que esa "sed" por el internet no es saciado nunca, y una vez que uno llega a navegar se da con la decepción que no se encuentran cosas tan increíbles como creíamos. Entonces empieza esa búsqueda de algo interesante que nos haga sentir vivos, y pueden pasar horas hasta que quedemos satisfechos o nos detenemos por cansancio, porque hay otra cosa que hacer o porque nuestra conciencia nos prohibe estar